Reencuentro
Qué sabor agridulce tienen los reencuentros. Seis años sin saber nada de ti, amiga, y un encuentro casual une de nuevo nuestras vidas por un instante. Recuerdos lejanos que miramos con una sonrisa, un cambio tan grande que apenas nos reconocemos. Dos vidas tan diferentes las que llevamos. Y sin embargo, nos siguen uniendo las mismas cosas. Nuestras diferencias.
Nos contamos nuestras vidas resumidas en lo que somos ahora, vemos fotos de estos años separadas y un sentimiento de melancolía se me clava sin querer, como una espinita, justo al lado de ese adiós que no pudimos decirnos.
En el fondo…en el fondo no somos tan diferentes, amiga mía. En el fondo cambiamos las dos, cambiamos tanto que conseguimos diluir la esencia de lo que fuimos… pero no lo suficiente.
Resulta que sigues de aquí para allá, recorriendo el mundo, esta vez por decisión propia. Sigues siendo la niña misteriosa de siempre. Con tus enredos y tus mundos de fantasía, consiguiendo de mí esa sonrisa de admiración que solías provocarme. Sigues perdiendo todo lo que cae en tus manos, con esa cara de despistada que tanto me divertía. Sigues siendo tú, mi amiga de infancia. Por mucho que lo disimules entre maquillajes de palabras enrevesadas y locuras. Sigues haciendo creer que tienes el mundo bajo control. Pero en el fondo… en el fondo sigues buscando tu puerto como naúfraga en la noche. Viviendo el viaje a tu manera. Disfrutando del naufragio. Y llorando a escondidas cuando crees que nadie te ve.
En el fondo, no has cambiado nada. Y yo tampoco… ¿O sí?
Nos contamos nuestras vidas resumidas en lo que somos ahora, vemos fotos de estos años separadas y un sentimiento de melancolía se me clava sin querer, como una espinita, justo al lado de ese adiós que no pudimos decirnos.
En el fondo…en el fondo no somos tan diferentes, amiga mía. En el fondo cambiamos las dos, cambiamos tanto que conseguimos diluir la esencia de lo que fuimos… pero no lo suficiente.
Resulta que sigues de aquí para allá, recorriendo el mundo, esta vez por decisión propia. Sigues siendo la niña misteriosa de siempre. Con tus enredos y tus mundos de fantasía, consiguiendo de mí esa sonrisa de admiración que solías provocarme. Sigues perdiendo todo lo que cae en tus manos, con esa cara de despistada que tanto me divertía. Sigues siendo tú, mi amiga de infancia. Por mucho que lo disimules entre maquillajes de palabras enrevesadas y locuras. Sigues haciendo creer que tienes el mundo bajo control. Pero en el fondo… en el fondo sigues buscando tu puerto como naúfraga en la noche. Viviendo el viaje a tu manera. Disfrutando del naufragio. Y llorando a escondidas cuando crees que nadie te ve.
En el fondo, no has cambiado nada. Y yo tampoco… ¿O sí?
Le dio vida Arîadhna a las 02:12
6 Comments:
Sabor agridulce tu lo has dicho... realmente cuando te reencuentras con alguien que hace años que no ves el tiempo sigue en aquel lugar donde lo dejaste la última vez que viste a esa persona tal vez es pretender que el tiempo sigue ahí lo que da la sensación de agridulce. Lo que realmente mola es cuando ves que el tiempo efectivamente NO sigue en aquel lugar pero que parece no haber pasado. Y si la melancolía se clava... inevitablemente. Lo que es triste es reencontrarte con personas que lo único que se mantiene de ellas de la última vez que las viste es el aspecto físico y lo demás todo se perdió... en fin. Besos!
Recordar es volver avivir..pero reencontrar supongo que es como volver a estar dentro de ese sueno que se llama tiempo y que no perdona.... dichosa la persona que es tu amiga....por que mira que te has inspirado bastante...
para escribir esto....afortunada....la musa que te ha inspirado.....y felicidades..por que el tipo te permitio...reencontrarte con ella...
nos leemos..
Cambiamos y al mismo tiempo permanecemos en parte o en mucho. Sucede que la memoria trabaja para dejarnos ver como éramos cuando de pronto, te encuentras con el pasado. ¿No pasa qeu cuando vemos fotos antiguas, al tiempo recordamos cosas de ese momento que ni sabíamos que estaban en nuestra mente? Por un momento somos otra vez los que éramos, y volver al hoy, a veces es triste.
Beso enorme.
Es lo que tiene el tiempo. Pasa para todos por igual pero nos trata de diferente forma. Esa es la razón de porque se corta la mayonesa y el agua no. Aun así siempre hay una esencia que permanece incorrupta. O tal vez no, las celulas de nuestro cuerpo se renuevan cada año. Solo el 90% sobrevive ¿no? Algo así. Al menos, siempre se puede mirar atrás.
Muxas veces reencontrarnos cn personas o situaciones puede no ser tan satisfactorio cm pnsamos k podría serlo, tnms la imagen guardada del momnto del adiós y pnsams k al volver todo será practicamnt =, pero no, sip, en el fondo algunas cosas permanecen cm tu dices, pero en algunas ocasiones eso no es precisamnt lo k nos hacía estar cn esa persona, por lo tanto, da = k se mantenga, en fin, lo importante esk a tí el reencuentro en este caso si t haya ido bien y k stes así de cntenta, m alegro, k t hacía falta!!bss!!
Que lindo eso de reencontrarnos con viejas amistades que nos enseñan que, aún cambiando el rumbo, seguimos siendo el mismo barco.
Que no se te olvide niña, que no se te olvide...
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