Esos Ojos II

Yo sólo quiero olvidarte. Olvidar los días furtivos llenos de pasión contenida, las noches ardiéndome la piel con tus besos. Olvidar la luz que me cegó, la oscuridad que existe desde que tus ojos dejaron de iluminarme las noches.

Tus ojos… tus ojos me transportan tan lejos de aquí, tan lejos de este lugar oscuro…Tu mirada me recuerda que existo, que todavía siento y padezco, que todavía puedo amar. Y por eso te odio, porque te quiero. Porque me has sacado de mi muro imperturbable, de mi cárcel. Pero me has sacado de la mía para encerrarme en la tuya.

Y quiero olvidarte simplemente porque no puedo no quererte. Si no te quisiera, todo sería tan fácil... No me importarían tus sonrisas, ni tus sueños, ni tus besos. Ni que ella esté ahí, como una presencia silenciosa. Ni siquiera me importaría ser la otra. Sólo me importaría seguir jugando...como tú haces ahora conmigo.

No debí perderme en tus ojos.
No debí besarte en los labios.
No debí enamorarme de ti.

Todas las noches que pasé contigo realmente no significaron nada... Eso era lo que buscaba antes, cuando tus ojos eran tan sólo un reto más… como los míos son para ti.

¿Por qué? ¿Por qué no seguí jugando? ¿Por qué no puedo simplemente seguirte el juego?

Y a pesar de todo, me resisto. Sí. Me resisto cuando me acaricias y me haces estremecer, cuando me susurras falsas promesas. Y juego yo también a acariciarte, a sentirte, a tocarte. Juego con este amor prohibido.

Porque no soporto saberme a tu merced.
Y se que eso es lo único que realmente me hace resistir. Acabar convertida en mi madre.

Esta es la segunda parte de Esos Ojos. Quizá también el final.

O quizá sólo otra versión.